miércoles, octubre 19, 2005

La verdad está en el cable
Sangre, mucha sangre correrá en Espacio Riesco. Los cuatro candidatos afilan sus dientes para su gran debut ante las cámaras de Canal 13 y de CNN. Pero, ¿qué pasa con aquellos que no desean saber sobre política esta noche? Es la minoría silenciosa, a la cual pertenezco, y que sólo desea distraerse. ¡Qué más da este debate! ¿Cambiará en algo lo que todo Chile ya sabe desde hace meses? Bachelet no necesita exponerse y sonreír de más. Ella ya gano, lo que tiene descontento a muchos como felices a otros. Esto es un detalle bastante efímero. Podrá sonar frívola mi apreciación, pero es cierta. Ya se acabaron los tiempos en que una sola persona podía producir un cambio. Mahatma Gandhi, JFK, Martín Luther King se han ido de este mundo y con ellos también se perdió el símbolo del estadista, el de la complejidad y el de la grandeza. Nuestros líderes simbolizan pequeños resabios del pasado y tanto “la gordi” como el resto de sus “amigos” apenas provocan una admiración 100% honesta de parte de los ciudadanos.
Considero que la política nacional peca de soberbia, aspecto sobredimensionado por la prensa. Además, aseguro que la gran mayoría de los televidentes sólo desean escapar de una realidad insulsa y acabada: el terreno político. ¿Cuántos comentarios, contiendas y “pelambres”, de boca de la clase política nacional, suelen corromper el patrimonio cívico y los idealismos de nuestros jóvenes? Prefiero quedarme viendo la programación del cable. Algunas series norteamericanas contienen más contenido que el discurso de los aspirantes a próceres, que desean llegar a La Moneda. Me acuerdo cuando veía Los Archivos Secretos X y creía ciegamente en su mensaje idealista. El agente del FBI, Fox Mulder, desafió a su gobierno y trabajó por un ideal que casi lo terminó por destruir. Sus discursos comunicaban la verdad, la honradez y la justicia. Piñera nunca ha encendido en mí la llama de la verdad. Tampoco Lavín y menos la Bachelet ¡Para qué hablar de Tomás Hirsch! Su estampa de líder rebelde me convence menos que los predicadores evangélicos que deambulan por el Paseo Ahumada.
Recomiendo a los señores televidentes que a las 22:00 horas cambien de canal. Hagan switch. Sólo basta con apretar el control remoto para poder ver las maravillas que ofrece el Discovery Channel o el People and Arts. Así, en el futuro, no habrán políticos que nos hagan pasar “gato por liebre”. Quizá en 2018 exista una clase dirigente que en vez de recurrir a la oratoria sosa y repetitiva, ilustren sus ideas con palabras sacadas de alguna obra de Shakespeare o de algún poema de Edgar Allan Poe.
Deje de lado la imagen de candidatos “preocupados” por representarnos. Nosotros deberíamos corregir algunas de sus ideas rimbombantes y desgastadas. Mejor aprenda una canción o vea una película de Alfred Hitchcock o de Buñuel. Basta con leer mañana los titulares y las reacciones más polémicas sobre el debate para quedar bien informado. Dele la espalda a los presidenciables, a los partidos y a su retórica porque la política, repleta de discursos impregnados de la inmortalidad del cangrejo, abunda en este país. ¡En el país de los ciegos el tuerto es rey!