jueves, septiembre 22, 2005

Hipótesis: La personalidad conflictiva y confrontacional de Eduardo Bonvallet le impedirá, siempre, acceder a un puesto como director técnico de la primera división de fútbol.

Eduardo Bonvallet:
La eterna promesa
Luego de la funesta e inexplicable negociación con Cobreloa el gurú” tendrá que seguir esperando por su “momento” en el fútbol chileno, si bien ya ha advertido que duda sobre otras oportunidades en el deporte más popular de Chile.

La astucia, la elocuencia, el histrionismo y el poder de persuasión son algunas de las cualidades más admiradas por los seres humanos. Cualquiera que se destaca más que el otro suele tener un lugar asegurado a la hora de las preferencias. Incluso, los detractores de ciertas “personalidades” suelen respetar a sus adversarios. Pasó con el otrora mandatario norteamericano, Richard Nixon, quien fue tanto amado como odiado por parte de sus compatriotas. Otros ejemplos son el asesinado líder afroamericano, Martín Luther King o el mismísimo dictador alemán, Adolf Hitler. Eduardo Bonvallet dista mucho de estos célebres hombres, pero mantiene una característica en común. Los medios de comunicación y las clases más populares siguen atentos sus dichos, si bien la mayoría de las palabras proferidas por el ex-seleccionado nacional son atribuidas a meros estados de exaltación. Pero esto es lo fascinante de su persona. Bonvallet es la antítesis del chileno común, que siente miedo al expresar sus ideas y que vive en un constante estado de vergüenza simbolizado en “el que dirán”. Bonvallet es lo contrario y bien podría haber sido un argentino o un uruguayo, debido a su valentía. No teme quedar mal con Dios ni con el diablo. Le da lo mismo decir lo que piensa y hasta disfruta, al igual que sus seguidores, de su personalidad megalómana.
Sin embargo, su excesivo “amor propio” le ha acarreado más de algún problema. En varias oportunidades el comentarista radial ha confesado su oscuro pasado con las drogas. Su vida privada no ha podido escapar al escrutinio público, menos después de sus problemas familiares y sus ataques de ira, los que han dejado destrozos y uno que otro ego herido (disturbios ocurridos en el pub Tejazo hace un par de años). Tampoco nadie queda indiferente ante sus críticas sobre el fútbol chileno, ese deporte que tanto ama, pero que también le ha causado grandes dolores. En la cancha emerge un Bonvallet dispuesto a denunciar la corrupción de los gremios del balón pie y sus respectivos dirigentes deportivos. Gracias a esta política, el hombre que consiguió entrevistar a Pinochet hace un par de años en Red Televisión, surge como la figura chilena deportiva incólume. Es la figura de un cruzado que se aventura a denunciar la injusticia, a la vez que paga el precio de aquella condición: la soledad y su mellado deseo por convertirse en entrenador de primera división.
El autodenominado “gurú del fútbol chileno” hizo noticia en octubre de 2004 cuando se divorció de su mujer, Beatriz Gross (ex-Miss Argentina) con quien estuvo casado seis años. Se dijo que el quiebre matrimonial se debió al carácter difícil del propio Bonvallet. Otro de los problemas que tuvo que encarar el ex-director técnico de la Universidad Gabriela Mistral fue la eterna rencilla con Juvenal Olmos, cuyo estilo de dirección sobre la Selección Chilena produjo la ira del comentarista deportivo de Radio W. Recurrentes fueron las frases de parte del gurú que tildaban a Olmos como un “inepto director técnico”, debido a sus equivocas decisiones como entrenador de la Roja.

El 0,1% de la discordia

Bonvallet siempre ha querido llegar ser entrenador de la Selección Nacional. Sin embargo, sus ataques hacia figuras como el “guatón Santibáñez” y otros dirigentes de la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile) lo han relegado a segundo plano. El “gurú” tiene varios enemigos en el fútbol chileno y esta situación le ha salido bastante cara. Aún se discute su capacidad como entrenador, si bien obtuvo repetidos triunfos para la Universidad Gabriela Mistral en el campeonato entre universidades. El fracaso de las negociaciones para comandar a Cobreloa fue un reflejo de aquella mala fama. Quienes han recibido críticas de parte del “bomba” han dicho a la prensa que no es una persona idónea para nuestro fútbol. Sin embargo, el periodista Felipe Bianchi, en el noticiario central de Chilevisión Noticias, dijo que era increíble que lo de Cobreloa fracasara. El comentarista deportivo señaló que era insólito que la directiva del equipo de Calama dijera no al “gurú”, siendo que éste contaba con la previa aprobación del presidente Gerardo Mella. Bonvallet, quien pedía un sueldo bastante más elevado del que estaba dispuesto a pagar la directiva de Cobreloa, vio truncado uno de sus máximos deseos. Difícil será olvidar sus palabras, las que aseguraban, un para de horas previas al fatal desenlace, que era entrenador de Cobreloa “en un 99,9 por ciento” Al final, el cargo de DT quedó en manos de Miguel “Chueco” Hermosilla, menos conocido, pero más cercano al club calameño. Este traspié se suma a otras negociaciones malogradas. Antes fueron las que sostuvo con O´Higgins y Wanderers.
Luego de este impase, Bonvallet dijo sentirse sumamente dolido y afirmó que después de lo de Cobreloa su futuro como DT, en un equipo de primera división, era cada vez más incierto. Los hinchas del fútbol chileno tendrán, todavía, que esperar a ver lo que el “gurú” puede hacer por nuestro alicaído y frágil deporte nacional.