martes, mayo 03, 2005

Carreras saturadas:

¿Apostando a ganador?


En los últimos años, las carreras tradicionales como Ingeniería Comercial o Derecho han quedado saturadas, debido a la gran cantidad de profesionales que ofrecen sus servicios. La profesión periodística no es la excepción, ya que egresan cada año alrededor de 8.000 periodistas de distintas universidades, lo que aumenta la competencia y el riego laboral.

Hace frío. El viento sopla fuerte y unos pequeños nubarrones cubren parte del cielo estrellado. Son las 19:00 horas, pero a María Pía Olivarí no le molesta que sea tarde y tampoco el adverso clima. Ella abotona su abrigo, mientras asegura que “en el mundo del Periodismo uno tiene que aperrar partiendo desde la universidad, debido a que es una profesión que exige mucho sacrificio de uno mismo”.
A pesar que Olivarí escribía artículos en su colegio para un diario mural, nunca se imaginó la posibilidad de conducir noticias o de redactar notas en algún diario. Antes de salir de cuarto medio su meta era estudiar Derecho. Fue así que preparó su mochila, cuadernos y muchos lápices. Rodeada de códigos civiles y penales, Olivarí “aguantó dos años”, debido a que tuvo una fuerte depresión en el segundo año de carrera. “Me sentía sola. Me hacía falta el contacto con la gente y vi que siendo abogada no podría expresarme tan libremente como quería”, señala.
Después de haber terminado Bachillerato, Olivarí, cuya experiencia universitaria ha girado en torno a la Universidad Gabriela Mistral, optó por Periodismo. En la actualidad hay 42 facultades que imparten dicha carrera. En 1982 egresaron 1.235 periodistas. En 1996 dicho universo aumentó a 3.504 profesionales, mientras que en 2002, la cifra subió a 7.892. Esto demuestra que en un lapso de 20 años la cantidad de profesionales de la prensa en Chile, se ha sextuplicado. Así, el Periodismo se ha consolidado como una de las carreras más demandadas por los jóvenes que optan por un futuro profesional después de la educación básica. Además, el campo laboral ofrece pocas plazas de trabajo en este rubro, debido a la poca cantidad de canales de televisión y a la poca variedad de diarios, en comparación a otros mercados extranjeros, que circulan por nuestro país.
Olivarí asegura que estos datos no la intimidan. Agrega que está conciente tanto de los bajos sueldos como también de las nuevas posibilidades que ofrece esta profesión. “Me parece mucho más viable (el Periodismo) ahora que antes, porque dejó de ser un oficio y se profesionalizó. Creo que la formación profesional más la experiencia que uno gana con los años, te dan directrices importantes y eso hace que mi carrera sea absolutamente viable”, enfatiza Olivarí, quien paralelamente cursa la carrera de Historia.
El cielo se oscurece cada vez más. La luz proveniente de un macizo farol apenas proyecta un par de sombras en la cara pálida y el pelo rojizo de Olivarí, cuyas manos se deslizan por su pequeño bolso en busca de un cigarro. Una vez prendido, aspira lentamente el tabaco. Al final suelta una gran bocanada de humo desde su boca, la que se desvanece con rapidez en el aire. Olivarí reflexiona un rato y frunce el seño. “Quiero que no me malinterpreten. Creo que estudiar cualquier cosa es arriesgado. Tal vez Periodismo lo sea un poco más por la competencia que existe. Estoy conciente de la inestabilidad laboral y que hay pocos medios de comunicación. Pero mi carrera da para otras cosas como relaciones públicas o comunicación corporativa. Si no creyera en lo mío, no habría estudiado esto”.
María Pía Olivarí no cree que sus comentarios sean ingenuos. Puntualiza que las “buenas oportunidades” se dan a largo plazo, pero que suceden. Tampoco le gusta que le digan que su idealismo se va a truncar en algún momento. Ella asegura que es una mujer idealista porque eso es parte de su personalidad. Es enfática al decir que no podría vivir de otra forma.
“No veo a los demás periodistas como una competencia en el estricto sentido de la palabra. Creo que cada uno tiene sus capacidades. No sé si seré mejor o peor que mis colegas, porque todavía me falta camino por recorrer. No le tengo miedo a los desafíos y a la pega fuerte”, señala Olivarí en respuesta a la gran cantidad de periodistas que compiten en el mercado de las comunicaciones.

Busco mi destino

Olivarí desestima que su carrera sea algo riesgoso como apostar a los caballos, porque “siendo constante todos tienen su recompensa”. También señala que la universidad de la cual uno egresa tampoco asegura el éxito. “Hay tanto periodista de tanta universidad distinta, que al final la diferencia va por otras cosas. Tu forma de trabajar es una. Lo que sí me parece positivo del lugar en que estudio es que puedo cursar dos carreras en forma simultánea, lo cual te da un ventaja sobre el resto”.
Es bastante común la imagen de los padres que exigen a su hijo estudiar una carrera tradicional. A Olivarí le pasó. Tanto su papá como su mamá querían que estudiara Derecho. Deseaban verla caminando por los tribunales o siendo entrevistada por el periodista Pablo Honorato en Canal 13. Pero aquella idea se truncó con Periodismo. “Fue complicado, pero se aliviaron al saber que optaba por otra carrera tradicional. Además tanto ellos como yo creemos que mi carrera tiene riesgos implícitos al igual que otras profesiones. Todo depende de uno. Ahora mis papás me podrán ver entrevistando a abogados, tal como lo hace Honorato (ríe a carcajadas)”.
Respecto de la gran cantidad de periodistas, Olivarí cree que algunas universidades, en el futuro, quizá cierren Periodismo, pero como una forma de regular la cantidad de profesionales en el mercado. Sin embargo, señala que aquello no entregaría una solución final. “No creo que cerrar la carrera por un tiempo sea la solución. Lo salida al problema es que las universidades vayan especializando el campo del Periodismo en distintas áreas como deporte, espectáculos, internacional, entre otras”.
Varios estudiantes de carreras vespertinas entran por los patios de la Universidad Gabriela Mistral. La mayoría son gente que trabaja y estudia al mismo tiempo. Olivarí se siente parte de ellos, debido a que acaba de terminar su práctica en la UPI Chile (United Press International Chile). En poco más de tres meses, cubrió varias noticias gracias a su dominio de otros idiomas como el inglés y el italiano. “Pude hacer lo que quería y conseguí la práctica en el lugar que tenía en mente. Nada me asegura la continuidad en el medio. Hay poca seguridad en esto, pero en todo proyecto hay riesgos. Yo no tengo problemas en afrontarlos”.
El frío penetra fuerte en los huesos de Olivarí. Quedan pocos minutos para irse a su casa. Está preocupada, ya que le quedan dos trabajos que entregar para los próximos días. Señala que los hará con gusto, al igual que casi todo lo relacionado con Periodismo. Antes de prender otro cigarro agrega que está muy lejos de “querer fama y dinero”, ya que sólo busca “satisfacción personal”, un aspecto, que asegura, esta profesión le ha entregado a diario. “Después de eso, cualquier riesgo me da lo mismo”, enfatiza sonriente.